ESPACIO
CIUDADANO
En la aldea, opacidad y demagogia.
Jorge E. Lara de
la Fraga.
“A
río revuelto, ganancia de…”; empiezan a aletear aves sombrías, manchadas
en el pantano de la corrupción.
En
un secreto a voces que en nuestra entidad veracruzana se padece una crisis del
orden financiero y que por más que nuestras autoridades traten de negar el
hecho surgen por doquier obras pendientes, acreedores, reclamos, protestas y
rezagos. Sin ir más lejos, se filtró el dato que la deuda pública estatal
supera los 37,000 millones de pesos y que la renuncia del último titular de
SEFIPLAN tiene su origen en ese desequilibrio monetario y material. Aunado a
ello la comunidad jarocha está preocupada por el clima de inseguridad que priva
en nuestra patria chica, observando al respecto que nuestros gobernantes no
pueden frenar ese fantasma creciente de la delincuencia organizada. Para
acabarla de amolar, la ciudadanía constata cotidianamente que más allá de las
declaraciones grandilocuentes y del bombardeo mediático a favor del sistema,
hay ausencia de transparencia institucional y poca o nula credibilidad de las
personas hacia los funcionarios y hacia los
“representantes populares”.
En
el contexto de ese escenario nada optimista, se corrió en días pasados la
especie o el rumor de que al término de la gestión del Dr. Javier Duarte de
Ochoa, en 2016, se establecerá de manera especial una gubernatura de transición
de 2 años para cubrir el bienio 2016-2018, con el propósito de homologar a la
entidad con el cambio de poderes del ámbito federal a desarrollarse en el 2018.
Así, después de ese lapso gubernamental atípico avalado oportunamente por la
Legislatura Local, vendría una administración sexenal jarocha que concordaría cronológicamente
con los comicios para renovar al Ejecutivo Federal, a los diputados que
sesionan en San Lázaro y a los Senadores de la República. Tal proyecto o
propuesta puede llevarse al cabo, tal como ocurrió en Puebla o en Guerrero,
pero también puede ser un gran distractor o “un borrego”, hablando en caló
politiquero, para que varios de los ansiosos por el poder pierdan el equilibrio
y cometan errores garrafales.
En
mi carácter de ciudadano preocupado por la problemática veracruzana, me
sobresalto ante la posibilidad de que esa idea de una administración de
transición pueda cristalizarse, toda vez que si gobernantes con 6 años de
encomienda no han podido “con el paquete”, me atrevo a suponer que un “virrey
interino” o de paso sólo trataría de cubrir las apariencias y para nada
emprendería estrategias y políticas que reencaucen el navío estatal. En 24
meses de labor es muy complicado atender los requerimientos legítimos de casi 7
millones y medio de veracruzanos, oxigenar las arcas públicas, atender los
renglones educativos, de salud y de vivienda, eficientar los servicios y
limpiar un tanto los estercoleros de ciertas dependencias, todo ello sin dejar
de mencionar la seguridad, el empleo, la procuración de justicia y el urgente
desarrollo regional sustentable, así como la preservación del ya deteriorado
patrimonio ecológico. Y más me sobresalto si llega al supremo sitio un
individuo “maleado”, un ser identificado a plenitud con un personaje siniestro
bastante conocido, que es el causante en buena proporción del desbarajuste
económico en que nos encontramos los veracruzanos.
Quisiera
pensar que ello no pasará y de manera optimista formulo mis mejores deseos de
que en ese futuro cercano de cara al 2016 llegará a la gubernatura de nuestra
entidad un político sensible que aprovechará de manera inteligente las
fortalezas y riquezas de nuestro territorio y configurará un plan de trabajo
viable para satisfacer los requerimientos urgentes de la colectividad. En
verdad es imprescindible el advenimiento de políticos en toda la extensión de
la palabra; urge la presencia de estadistas con visión de largo alcance; es
menester la presencia de representantes populares con sensibilidad de servicio
y pletóricos de energía para llevar al cabo las tareas trascendentales y necesarias.
Por
último, entre paréntesis, “la cereza en el pastel”, se sabe de buena fuente que
en este mes de julio llegará a la H. Legislatura del Estado un paquete de
iniciativas de ley remitidas por el Ejecutivo Local, entre las cuales se
encuentra la relativa a una reforma a la normatividad del IPE, la cual – se
asevera en los corrillos- será votada y aprobada de manera rápida, sin la
intervención u opinión de los derechohabientes de ese organismo solidario,
exhibiéndose así - una vez más - las
autoridades superiores, mismas que prometieron fervientemente a los jubilados
que serían tomados en cuenta en ese importante proceso de reestructuración
institucional. Ver para creer. Habrá que actuar en consecuencia.
JELF/halt
Atentamente
Profr.
Jorge E. Lara de la Fraga.
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